Cada segundo de felicidad me trae otro de resaca...
de pensamientos circulares, de miedo,
de incertidumbre, de nostalgia...
Será el equilibrio del que habla el yin-yang?
Al inspirar con alegria se me infla pecho tan pleno,
que al expirar siento como si se me hundiera el costillas
sin dejar al alma otra opción que arrancarse por un segundo...